En el aparato de aire acondicionado de la cocina vive un gorrión enamorado. El gorrión lleva más de un mes sin parar de piar, cada día más gordo por tanto pan del que se atiborra sin temor a la báscula, cada día más descarado, cada día más a gusto en familia. No han podido con él los calores de marzo ni las tormentas de abril. Es incombustible, diminuto, vehemente.
Enamorado del amor, pero no como aquel renombrado insustancial, ha transformado la unidad exterior de
aire acondicionado en una agencia matrimonial desde la que se vende lo mejor
que puede y doy fe de que puede mucho: apuesto passer domesticus, joven, sano y
limpio, con hermoso nido a medio hacer en el
árbol más frondoso del jardín, con
formación superior en canto y desparpajo a borbotones, busca novia para
relación estable. No soy un libertino ni pongo obstáculos a la formación de una
familia, más bien todo lo contrario: me comprometo a ser un buen padre y criar
a mis polluelos en los valores gorrioneros
de siempre. En algunas ciudades estoy en peligro de extinción: apoya mi
causa, no permitas que nos arrinconen y hasta eliminen, ¡reproduzcámonos!
De sol a sol canta su monótona y alegre canción sin
desfallecer. Treinta gramos de pasión y amor a la vida incondicionales.
"A la ciudad y al mundo:
La primavera ha estallado en mis
venas y en las vuestras si os observáis con atención.
Desde mi atalaya veo las nubes disolverse y formarse, blancos rebaños celestiales que pacen en el azul más limpio; contemplo el encaje fugaz de la niebla que todo lo vela, como en un sueño; oigo la rueda feliz de los vencejos, allá en lo alto.
Todo se transforma en sí mismo, cambia para mantenerse igual.
Humanos, no necesitáis indulgencia plenaria: se os perdonan todos los pecados con tal de que deseéis ser solo un poco felices. La vida es bella y dura poco."
Desde mi atalaya veo las nubes disolverse y formarse, blancos rebaños celestiales que pacen en el azul más limpio; contemplo el encaje fugaz de la niebla que todo lo vela, como en un sueño; oigo la rueda feliz de los vencejos, allá en lo alto.
Todo se transforma en sí mismo, cambia para mantenerse igual.
Humanos, no necesitáis indulgencia plenaria: se os perdonan todos los pecados con tal de que deseéis ser solo un poco felices. La vida es bella y dura poco."