Conozco a un cerdo
En las oscuras noches de luna nueva el hadita toma relieve y la oreja le pica horrores con la forma exacta de su silueta.
Nadie le cree.
Me lo contó la otra tarde, cuando juntos tomábamos un campari con hielo sobre una roca enorme en forma de huevo viendo la puesta de sol allí en su dehesa, entre Huelva y Badajoz.
http://keymono.blogspot.com.es/2014/09/la-cigarra-y-la-hormiga-revisited.html
ResponderEliminar(Otra versión de cerdos y camparis)
¡Qué maravilla de cita!, lugares con encanto: "deguste un campari mirando la puesta de sol acompañada de un auténtico cerdo ibérico, pero moderno, con oreja tatuada de magia". Esa puesta de sol anaranjada fundiendose con el color del campari mientras el hada pica en la oreja... resulta una sensación muy familiar aunque nunca vivida.
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