lunes, 2 de junio de 2014

LA SORPRESA

la pecera del cuento. Foto de S.M.
El paseo del sábado daba sus últimas bocanadas como pez fuera del agua en esa hora tardía en que una no aguarda del día más que la rutina de la lectura y el sueño. 

Pero la sorpresa, ese regalo que ni se espera ni se busca, nos encontró al alzar la vista, por casualidad, en la farola pegada a la muralla. El fanal se había transformado en un terrario fantástico.

Suspendida del aire, esta pecera sin agua pero llena de luz y calor guardaba tanta vida tras el cristal que era, solo y de tan simple, pura maravilla.

El paseo del sábado dejó de ser un pez fuera del agua, ni siquiera tenía ya escamas o aletas.

Sin necesitar el beso de un príncipe, se había transfigurado en un pequeño ser mitológico. Viscoso y frágil, pero sobre todo hermoso, como la rugosa piel de una salamanquesa.




2 comentarios:

  1. ¡Precioso texto!
    ... y preciosa la foto de Santi.
    Un beso a los dos

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  2. ¡Dios mío!... ¡sublime imagen!... y mejor aún la capacidad de verla y narrarla... si Cortazar escribió su "Axolotl", tu has escrito tus "Salamanquesals"

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