miércoles, 5 de febrero de 2014

ALMA CANINA


Un perro mojado. Foto de S. M.
Me gusta el nombre de mi blog: "Alma canina" o "mi alma canina" en otra versión aún más íntima que no le puse yo.

Comparto nombre y espacio de búsqueda con un grupo de facebook militante/amante de los perros y con un adiestrador canino gallego.
Si quieres visitarme, pasa sin llamar. Yo tampoco te llamo, aquí funciona el boca a boca: apenas doy datos, no hay fotos mías ni tengo perfil.

Como funciona con el boca a boca, a veces invito a alguien a echar una ojeada, y al decir el nombre del blog, ese alguien se confunde y me dice: "¡Ah! Mi alma camina" a lo que yo suelo responder: no, no camina. Ni siquiera sé si tengo alma. Y suponiendo que la tuviera, no camina. Y si camina, lo hace a cuatro patas. Bueno, en realidad todo eso lo pienso pero no lo digo, repito el nombre correcto y espero. Soy muy prudente.

Soy prudente y un poquito perra. Me gusta que me acaricien aunque sea metafóricamente, soltar pelos y ladrarle a la luna. Pero no me gusta tener dueño, ni que me paseen con correíta, y a veces me escondo debajo de la cama o me subo a un árbol a afilarme las uñas con las ramas más finas, mientras te miro.

Tú me dice que quizás debería haberlo llamado "Mi alma felina", pero no, el nombre del blog es el correcto, soy yo la que a veces no lo soy.

Visitarme es gratis, no exijo donativo ni que me adoptes. También admito la opción de que no me leas, y de que encima digas: esta tía pa que se mete a escribir un blog, con lo bien que le iba con su bloc cuadriculado de toda la vida y su boli-bic.









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