Un perro mojado. Foto de S. M. |
Comparto nombre y espacio de búsqueda con un grupo de facebook militante/amante de los perros y
con un adiestrador canino gallego.
Si quieres visitarme, pasa sin llamar. Yo tampoco te llamo, aquí funciona el boca a boca: apenas doy datos, no hay fotos mías ni tengo perfil.
Si quieres visitarme, pasa sin llamar. Yo tampoco te llamo, aquí funciona el boca a boca: apenas doy datos, no hay fotos mías ni tengo perfil.
Como funciona con el boca a boca, a veces invito a alguien a
echar una ojeada, y al decir el nombre del blog, ese alguien se confunde y me dice: "¡Ah! Mi alma
camina" a lo que yo suelo responder: no, no camina. Ni siquiera sé si
tengo alma. Y suponiendo que la tuviera, no camina. Y si camina, lo hace a
cuatro patas. Bueno, en realidad todo eso lo pienso pero no lo digo, repito el
nombre correcto y espero. Soy muy prudente.
Soy prudente y un poquito perra. Me gusta que me acaricien
aunque sea metafóricamente, soltar pelos y ladrarle a la luna. Pero no me gusta
tener dueño, ni que me paseen con correíta, y a veces me escondo debajo de la
cama o me subo a un árbol a afilarme las uñas con las ramas más finas, mientras
te miro.
Tú me dice que quizás debería haberlo llamado "Mi alma
felina", pero no, el nombre del blog es el correcto, soy yo la que a veces
no lo soy.
Visitarme es gratis, no exijo donativo ni que me adoptes.
También admito la opción de que no me leas, y de que encima digas: esta tía pa que se mete a escribir un blog, con
lo bien que le iba con su bloc cuadriculado de toda la vida y su boli-bic.
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