Frío azul
en la acera de invierno.
1- Esquivo los charcos
para no pisar
tendidas.
2- Sin afeitar, un par de hombres
fuman asomados a la ventana
mirando sin mirada.
3- En la acera, un viejo escupe
sin voluntad de dañarme
aunque me daña.
4- A las puertas de la asociación de vecinos,
hincadas en la tierra junto a los tiestos de geranios,
las dos banderas de las grandes ocasiones
flanquean la entrada
sin despertar entusiasmo.
¡El entusiasmo lleva dormido tanto tiempo!
5- Saltando desde lo alto de cinco ventanas,
el maternal aroma de las lentejas
se arroja a mis brazos.
6- Nadie parece tener interés
en este gris día de fiesta
salvo los niños.
7-Silba en mi oído un pitido de olla exprés
adormecedor, como el oleaje.
8- Dos mujeres pasean a sus viejos perros
sin desviarse de su camino.
(Los cuatro lo harían a ciegas).
9- A lo lejos,
petardos sin estrellas
recuerdan a los vecinos
las rayas blancas y verdes
de este último día de febrero.
10- Escucho hacia dentro
los explosivos besos de esa abuela
que otrora se comió el hambre de la posguerra,
¡qué guapos sus nietos repeinados!
11- Mi corazón cabe en mi puño.
12- En el bar sin nombre
se acumulan los cercos de los vasos
de aquellos que madrugaron para beber.
13- Solo Tobi está atento a mi
paso rápido,
su mirada siempre alerta
vigilando su esquina.
Bendito perro proletario.
Alma rota de San Pablo.
La mía se queda
pegada a tu costado.
¡Uf, María!
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